Asiria

1. Los asirios destierran a los israelitas. 2 Reyes 17.
Pasaron los años, y algunos reyes de Israel volvieron a apartarse de Dios y de sus mandamientos. Uno de aquellos reyes fue Óseas, que también hizo el mal y se olvidó de Dios.

Oseas adoró a dioses falsos, y Dios lo dejó ir.

En aquel entonces, los israelitas eran vasallos del rey de Asiria y tenían que pagarle un tributo. Pero Oseas no quiso pagar y pidió ayuda a los egipcios para que los libraran de los asirios.
Al enterarse de los planes de Oseas, el rey de Asiria mandó su ejército contra Israel. Tras años de resistencia, los asirios vencieron a los israelitas y los llevaron como esclavos a Asiria.

El reino del norte o Israel desapareció y sólo quedó el reino del sur o Judá.

2. Anuncio de un Mesías. Isaías 7: 9.

Los reyes de Judá también empezaron a obrar mal y se olvidaron de Dios.
En medio de la oscuridad se escuchó la voz del profeta Isaías. Y con él llegó la esperanza de la salvación y el anuncio de la misericordia de Dios.
Cuando los asirios invadieron el reino de Judá, en tiempos de Ajaz, en medio del desastre, Isaías anunció a los judíos que un día nacería Jesucristo.
— El Señor mismo os dará una señal —anunció Isaías—. Y dirá: «Mirad, la Virgen está esperando un hijo y, cuando nazca, le llamará Emmanuel». Ese niño será hijo de Dios y será consejero maravilloso, Dios fuerte y príncipe de la paz.
Se acercaba el destierro de los habitantes del reino de Judá.
Todos los judíos serían hechos esclavos y llevados lejos de su tierra, a otro país. Pero Isaías los animó con estas palabras: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. A los que habitaban en sombras de muerte les ha brillado una luz”.