Acercamiento a la Biblia
La Creación
1. La creación del mundo. Génesis 1, 1-8
Al principio todo estaba oscuro nada existía. Solo la oscuridad y Dios. Hasta que Dios habló y dijo: «Hágase la luz».
Y fue en ese preciso momento, el momento en que Dios pronunció esas palabras; cuando el universo comenzó a existir.
Y Dios llamó «día» a la luz y a la oscuridad llamó «noche». Eso sucedió el primer de la Creación.
El segundo día, por encima de la tierra y de las aguas, Dios creó el firmamento y lo llamó «cielo».
Y vio Dios que todo lo que había creado era bueno.
2. La tierra y los mares. Génesis 1, 9-13
Dios quiso ir creando el mundo poco a poco, para que todo quedara muy bien.
Por eso, el tercer día se concentró en preparar un lugar ideal para los seres que tenía pensado crear.
Así, juntó todas las aguas y las llamó «mares», «océanos» y «ríos». Y al espacio seco que no ocupaban las aguas lo llamó «tierra». Y para que la tierra fuera muy bella, ordenó que aparecieran montañas, valles, desiertos y llanuras, y los adornó con árboles, plantas, hierbas y flores. Luego lo contempló, y vio que todo era bueno.
3. La creación de los animales y las plantas. Génesis 1, 12-25
Habían pasado tres días desde que Dios comenzó la Creación, y Dios no descansaba.
El cuarto día llenó el cielo con el sol, la luna y las estrellas. Y dispuso que el sol diera luz durante el día; y la luna y las estrellas, durante la noche. Y, al contemplarlo, vio que todo era muy bello.
El quinto día quiso Dios poblar el mar de peces y el aire de aves. Los creó de todos los tamaños y colores. Y a cada uno lo colocó en su lugar para que creciera y se multiplicara. Así, los peces surcaron los mares y las aves volaron por el cielo. Y vio Dios que todo era bueno.
El sexto día, creó los animales terrestres que corrieron por valles y montes. Y vio Dios que todo lo que había creado era bueno .
4. La creación del hombre. Génesis 1, 26-28
Dios había creado muchos y muy distintos seres vivos. Pero hasta entonces no había creado a nadie con el que poder hablar de tú a tú, ninguno parecido a Él.
También en el sexto día creó Dios al hombre para que dominara sobre los peces del mar, las aves del cielo y los animales de la tierra; un ser humano a su imagen y semejanza.
Primero cogió de la tierra un poco de barro, lo moldeó y luego sopló en sus narices aliento de vida, y así apareció el primer hombre, al que llamó Adán, que significa «hombre».
La palabra Adán viene de la palabra hebrea «adamah», que significa «tierra fértil», pues el primer hombre de la tierra surgió.
5. La creación de la mujer. Génesis 2, 4-25
Dios mostró a Adán los animales y las plantas que había creado para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera.
Los animales eran bellos, fuertes, cantores... Pero el hombre con ninguno podía hablar. No había nadie semejante a él. Adán se sintió solo y se entristeció.
«No es bueno que el hombre esté solo», pensó Dios. Y, mientras Adán dormía, le quitó una de sus costillas y con ella formó una mujer y se la presentó al hombre. Adán se alegró mucho al ver a la mujer, y exclamó:
«Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne».
Esta primera mujer se llamó Eva porque ella daría vida y sería la madre de todos los vivientes.
Al terminar el día sexto, Dios contempló todo lo que había hecho y vio que era muy bueno.
6. El séptimo día. Génesis 1, 28-31; 2, 1-4
Así, paso a paso, día a día, Dios creó los cielos y la tierra con todas las maravillas que pueblan el firmamento.
Cuando llegó el séptimo día Dios había terminado su obra. Entonces bendijo ese día y descansó.
Al frente de todo lo que había creado puso a Adán y a Eva. Para ellos preparó un hermoso jardín del Edén, al oriente, para qué lo labrasen y lo cuidasen. Era el paraíso terrenal.
Bendijo a Adán y a Eva y les ordenó: Creced y multiplicaos, llenadla tierra y sometedla.
Y les encargó que cuidasen de los peces del mar, de las aves del cielo y de los animales que pueblan la tierra. Y les enseñó a cultivar las plantas, cuidarlos árboles, a sembrar los campos y a criar los ganados para que nunca les faltase el alimento.