top of page

Noé

Arca_de_Noé_Charles_Willson_Peale.jpeg

1.  El arca de Noé. Génesis 6, 5-22.

Entre tanta maldad, había un hombre bueno que no se había olvidado de Dios. Era Noé. 
Dios advirtió a Noé de que una copiosa lluvia iba a caer sobre el mundo. Las aguas inundarían la tierra y pasarían muchos días hasta que las aguas descendieran y pudiera pisarse de nuevo la tierra.
Todo cuanto vivía sobre la tierra perecería. Estaba a punto de suceder el Diluvio. Pero Dios quería que Noé y su familia se salvaran. Por eso les dio las indicaciones necesarias para construir un barco con el que poder navegar sobre las aguas. Ese barco, el arca, serviría para salvar a la familia de Noé y a los distintos animales que hasta entonces poblaban la tierra. 
Noé hizo como Dios le mandó y pronto tuvo preparada un arca grande y resistente llena de alimentos para poder sobrevivir mientras durase el Diluvio.

2.  El Diluvio. Génesis 7, 1-16.

Tal y como le había mandado Dios, Noé hizo entrar dentro del arca a una pareja de cada especie de animales, un macho y una hembra. Así también los salvaría del Diluvio y podrían volver a poblar la tierra. Entraron en el arca animales de la tierra y aves del cielo. Noé, su mujer, sus hijos y las mujeres de sus hijos entraron también, y metieron distintas especies de plantas y semillas, y pusieron orden dentro del arca.
Y entonces, empezó el diluvio.

3.  El final del Diluvio. Génesis 8, 1-14.

Las aguas inundaron la tierra y, sobre ellas, solo quedó, flotando, el arca. Durante cuarenta días y cuarenta noches no dejó de llover. Pasado ese tiempo, cesó la lluvia.
Las aguas fueron bajando poco a poco. Hasta que, pasados ciento cincuenta días, el arca se posó en lo alto de los montes de Ararat.
Noé abrió una ventana y soltó un cuervo y después una paloma para comprobar si las aguas habían bajado del todo. 
La ultima vez que soltó a la paloma, ésta no regresó. Era una buena señal: La tierra ya estaba seca, esperando a que la habitaran de nuevo.

4.  El Arcoíris. Génesis 8, 15-22.

Noé abrió las puertas del arca y de ella, salieron todos sus familiares, todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo. Juntaron todas las plantas y las semillas para sembrarlas y cultivar la tierra.
Dios bendijo a la familia de Noé y les pidió que crecieran, se multiplicaran y llenaran la tierra.
-    A partir de ahora, todos los animales tierra os respetarán. Todo lo que tiene vida en la tierra os servirá de alimento —dijo Dios, y así puso a disposición de los hombres animales y las plantas.
Después, Dios prometió que no volvería a enviar un diluvio semejante.
-    Esa será mi alianza con vosotros – dijo Dios-, y como señal de mi amor pondré mi arcoíris en las nubes.

bottom of page